El vino, los productos delicatessen o la alimentación de gourmet pierden en elegancia y exclusividad si no se envuelven bajo un embalaje refinado, que case a la perfección con la esencia de este tipo de artículos. Estos envoltorios deben cuidarse hasta el último detalle ya que en su interior arroparán alimentos elaborados por expertos en materia que miman cada minuto de la producción de los mismos.
Una de los puntos más importantes referentes al packaging de estos productos recae en la capacidad del mismo en transmitir sensaciones positivas y que identifique los rasgos de un buen vino o un queso selecto. Hay que ser realistas y pensar que, si un cliente desea adquirir un producto de alta calidad no lo hará en un embalaje que no le haga percibir el tipo de emociones que transmite un objeto de gama elevada.