En esta ocasión, hablaremos de un tema importante en la actualidad: "cómo se descarboniza una empresa", que no es solo una tendencia; es una necesidad urgente en nuestra era marcada por desafíos medioambientales. ¿Qué implica exactamente este proceso y cómo las empresas pueden convertirse en agentes activos de cambio? Sigue leyendo para conocer más detalles. 👇
La descarbonización de una empresa es un proceso fundamental en la actualidad, ya que contribuye significativamente a mitigar el cambio climático y promover prácticas empresariales sostenibles.
A continuación, detallaremos los pasos clave para llevar a cabo este importante proceso:
Antes de iniciar cualquier estrategia de descarbonización, es esencial realizar una evaluación detallada de la huella de carbono de la empresa. Esto implica identificar y cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con las operaciones, la cadena de suministro y otros aspectos relevantes.
Una vez comprendidas las emisiones actuales, la empresa debe establecer objetivos y metas claras para reducir su huella de carbono. Estos objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo (SMART, por sus siglas en inglés).
Una de las formas más efectivas de descarbonizar una empresa es cambiar a fuentes de energía renovable. Esto puede incluir la instalación de paneles solares, turbinas eólicas o la compra de energía verde a través de contratos con proveedores certificados.
La optimización de la eficiencia energética es crucial para reducir las emisiones. Esto implica la implementación de tecnologías y prácticas que minimicen el consumo de energía, como la actualización de equipos, la mejora de los procesos y la capacitación del personal.
Una empresa sostenible no solo se enfoca en sus operaciones internas, sino también en su cadena de suministro. Colaborar con proveedores comprometidos con la sostenibilidad y evaluar su desempeño ambiental contribuye a la descarbonización general.
La transparencia y la comunicación son esenciales. Las empresas deben informar regularmente sobre su progreso en la descarbonización, demostrando su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.
La elección de materiales de embalaje sostenibles y la adopción de prácticas éticas en su producción son aspectos cruciales para una descarbonización efectiva. Optar por packaging ecoamigable, como las bolsas de papel, no solo reduce la huella de carbono, sino que también respalda la conservación de recursos naturales. En este contexto, en Bolsalea, reconocemos la importancia de la sostenibilidad y la responsabilidad social. Fabricamos nuestras bolsas de papel con un enfoque ético y responsable.
Al abordar estos aspectos de manera integral, las empresas pueden avanzar hacia la descarbonización, contribuyendo así al desarrollo de un entorno empresarial más sostenible y alineado con los objetivos climáticos globales.
En Bolsalea apostamos por el slow manufacturing, un enfoque que valora la calidad sobre la cantidad, promoviendo la producción responsable y sostenible. Este método no solo crea productos excepcionales, sino que también contribuye significativamente a la reducción del impacto ambiental y social.
Al elegir nuestras bolsas, no solo obtienes un producto de alta calidad, sino que también apoyas la creación de empleo digno para las personas que las elaboran. La producción lenta y consciente renace para devolverle el valor a los productos, disminuyendo considerablemente el consumo de energía y recursos. Además, en nuestro proceso de producción se emite menos CO2 porque no utilizamos energía eléctrica. Al hacer las bolsas a mano, no se requiere electricidad, lo que resulta en una menor contaminación. Este compromiso con la artesanía y la sostenibilidad refleja nuestra dedicación a un futuro más verde y responsable.
A continuación se presenta una representación gráfica que compara el consumo de energía necesario para la fabricación de bolsas automáticas en contraste con las bolsas fabricadas manualmente.
Bajo esta representación visual, se proporciona información detallada sobre el proceso de producción industrializado de bolsas de papel. De acuerdo con el "Life Cycle Assessment of Grocery Bags in Common Use in the United States", la producción industrializada de bolsas de papel consume aproximadamente 0.0421 kWh por cada kilogramo producido. Durante este proceso, se fabrican 80 bolsas por minuto, utilizando una potencia de 10 kW.
En contraste, la fabricación manual de bolsas de papel, considerando un peso de 46 gramos por bolsa, logra un ahorro significativo de electricidad. Se estima un ahorro de 1,937 kWh de electricidad por cada 1,000 bolsas de papel producidas manualmente. Este ahorro se traduce en una reducción de emisiones de aproximadamente 0.32 kg de CO₂ por cada 1,000 bolsas de papel, teniendo en cuenta las emisiones asociadas con la generación de electricidad, calculadas en 0.163 kg de CO₂ por kWh, según datos del mix nacional de 2022 publicados por Red Eléctrica España.
Por otro lado, presentamos a continuación una gráfica comparativa entre las bolsas de algodón convencionales y las bolsas de algodón orgánico, destacando que estas últimas son confeccionadas por mujeres en riesgo de exclusión social.
A continuación, se detalla la evaluación del impacto ambiental de las bolsas de algodón, centrándonos únicamente en la fase de confección manual. Según el "Lifecycle Assessment of Supermarket Carrier Bags available in 2006", las bolsas de algodón consumen aproximadamente 0.06 kWh por cada kilogramo producido.
Considerando bolsas de algodón de 120 gramos, la fabricación manual de estas bolsas logra un significativo ahorro de electricidad, estimado en 7.2 kWh por cada 1,000 bolsas de algodón producidas. Este ahorro se traduce en una reducción de emisiones de aproximadamente 1.17 kg de CO₂ por cada 1,000 bolsas de algodón, tomando en cuenta las emisiones asociadas con la generación de electricidad, calculadas en 0.163 kg de CO₂ por kWh, según datos del mix nacional de 2022 publicados por Red Eléctrica España.
Es importante destacar que la utilización de algodón orgánico en la confección manual de las bolsas representa un impacto ambiental aún más positivo. Según cálculos realizados por Hands-on Impact utilizando el software openLCA y la base de datos Ecoinvent, se observa una reducción del 52.3% en la huella de carbono y del 94.7% en la huella de agua en comparación con las bolsas de algodón convencionales. Este aspecto resalta el beneficio adicional de apoyar la producción de bolsas de algodón orgánico confeccionadas por mujeres en riesgo de exclusión social.
Imagina el impacto positivo: las empresas que adoptan estas bolsas inclusivas reciben el distintivo "por un impacto positivo", un reconocimiento a su compromiso con el planeta y con las personas. Este gesto no solo genera confianza entre los clientes, sino que también destaca su apoyo a un comercio comprometido en crear un mundo mejor para todos.
Apostar por las bolsas artesanales es más que una elección de embalaje, es una declaración de valores. Por ello, si estás interesado en adquirir este tipo de packaging y descarbonizar tu empresa, ¡contáctanos! Estaremos encantados de poder ayudarte.
Esperamos que este post te inspire a descarbozar tu empresa y a marcar la diferencia en el mundo. 💚