En Bolsalea personalizamos vuestras bolsas, fundas y guardatrajes para darles a vuestros consumidores una experiencia de compra única. En este post os explicamos la diferencia entre flexografía y serigrafía, los dos procesos de impresión que utilizamos.

La flexografía es un sistema que funciona por rotativas. Una de las piezas que va en las bobinas es el cliché. Se encarga de recoger la tinta de otra bobina gracias a su superficie en relieve, y transferirla, en este caso, al envoltorio que queréis personalizar. Es un proceso automático que utilizamos para pedidos grandes, a partir de 3.000 unidades, y que entregamos entre 30 y 40 días. Con él, vuestro logo o cualquier diseño, irá impreso en nuestras bolsas con los colores y letras que queráis tanto en los frontales como en los fuelles; a vuestro gusto.

La misma libertad y el mismo acabado de calidad que sucede con la serigrafía. Este proceso es, en cambio, manual, por tanto, en Bolsalea lo utilizamos para pedidos de menor cantidad. En concreto, de menos de 3.000 unidades. No se utilizan clichés y el proceso es muy curioso. Por cada diseño que vaya a ir impreso, confeccionamos un “molde” que se llama fotolito. Éste es el que garantiza que vuestras bolsas sean únicas y que no tengáis que pagar más, si queréis imprimir más bolsas o fundas, en el futuro, con el mismo diseño.

El fotolito funciona por transferencia de tinta a la bolsa, sobre o funda en lo que es un proceso todavía bastante artesanal. Siempre insistimos en que nuestra serigrafía es de alta calidad, algo que no todas las empresas pueden garantizar obteniendo resultados no cubrientes. Un truco evidente para ver la calidad de una empresa que serigrafía es ver si los diseños blancos quedan bien definidos sobre fondo negro. Nosotros lo conseguimos.

Otra de las diferencias de impresión por flexografía y serigrafía en Bolsalea, es que en el primer caso se realiza la impresión cuando aún no está confeccionada la bolsa, primero se imprime y después se fabrica. Éste es el porqué por el que podemos llegar hasta los bordes de lo que será el futuro envoltorio, en este caso se le permite al diseñador una mayor creatividad en su diseño. Por el contrario, en la serigrafía una vez confeccionados la bolsa, funda o guardatrajes es cuando se imprime el diseño dejando los márgenes necesarios.

Estos métodos de personalización de productos tienen sus propias características pero comparten algo en el caso de las bolsas: contribuyen a la sostenibilidad; algo que nos importa en Bolsalea. ¿Cómo? Aparte de que en la serigrafía utilizamos tintas al agua, que vuestro comercio personalice las bolsas y envoltorios con un diseño atractivo aumentará su reutilización. Vuestros consumidores podrán, incluso, volver a vuestra tienda con vuestro producto para transportar su nueva compra (caso de las bolsas de algodón).

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