¿Cómo emprender un negocio? Historia de Algareira

La de Silvina es una historia de superación, de reinventarse una y otra vez. Es la historia de ​un viaje de aprendizaje que empezó hace 15 años​, cuando dejó su Argentina natal para instalarse en España y emprender un propio negocio de repostería.

Silvina tiene un ​obrador artesanal y ecológico en Camariñas (A Coruña),​ y sus productos fusionan su herencia argentina con su amor por la costa gallega​. También es creadora de Algareira​, una marca de repostería y bombonería con base de algas del mar de Galicia.

Hoy te presentamos su historia.

Pasión por la repostería

“Mi madrina de bautizo es repostera. En Argentina, trabajaba durante el verano en su tienda, viendo cómo preparaba dulces y postres, haciendo recados. El resto del año, como mis padres trabajaban, me llevaban a una escuela de cocina”, nos cuenta Silvina.

Hace ya 15 años que cruzó el Atlántico con billete de ida cambiando su ciudad, Mendoza (Argentina) por Europa. Pasó por Barcelona, donde conoció a su marido y le siguió hasta su Galicia natal.

“Ahí fue donde ​surgió la idea de emprender un negocio propio​: una pastelería, con postres y pasteles”, recuerda Silvina.

Dulces con sabor a mar

Algareira nació años después, cuando recibieron la propuesta de participar en una feria marinera, con el requisito de que todos los productos debían tener ingredientes del mar. Probaron con un paté de algas. Este sería el primer paso que los llevó hasta Algareira.

“Ahora tenemos bombones, bollería, galletas, etc. ​Todo con algas en sus ingredientes.​ Empezamos experimentando, y hoy Algareira es una marca independiente, con sus propias redes y su propia página web”, cuenta Silvina.

También reconoce que los inicios de un concepto tan único como la repostería con base de algas fueron complicados: “Vivimos en un entorno en el que las algas con algo salado se ven más a menudo, pero mezclado con dulce... todavía cuesta”.

La esencia de las costas gallegas

Lo local tiene una gran influencia en el trabajo de Silvina, que cuenta: “Mi marido viene de una localidad cercana a la playa de Reira, en A Coruña. El nombre de nuestra marca es una ​fusión entre la base de nuestros productos, las algas, y la playa de Reira​. Todos nuestros productos están conectados a Galicia​ de alguna forma”.

Reconoce, también, que le gusta ser diferente. “Al vivir en una zona rural, siempre noté que no terminaba de encajar del todo. Y eso me gusta, necesito esa energía, ​me encanta buscar lo diferente en lo que hago​”.

Repostería artesanal y sostenible

La repostería de Silvina es totalmente artesanal. Tiene una sola batidora y dos hornos (uno usado exclusivamente para intolerancias alimentarias). “La idea detrás de mi marca es ​que quiero que la gente consuma lo que yo consumiría​, lo que les daría a mis hijos para comer”, nos cuenta.

Así, todas sus materias primas cuentan con certificados ecológicos, son tratadas de la forma más natural posible y sin conservantes. Asimismo, dispone de la certificación de la Comunidad Celíaca (FACE) por su especialización en intolerancias y buenas prácticas.

Las bolsas y embalajes  de sus productos son de papel. “La gente nota cuando trabajas la calidad de tus productos”, concluye Silvina.

De lo tradicional a lo digital

Silvina pone la mirada en lo digital para el futuro de su obrador: “​A través de las redes sociales estamos llegando a más gente​. Confiamos en los pedidos online para poder mantenernos”.

Como tantos otros negocios locales, a raíz de la pandemia de Covid-19, Silvina ha dado un paso más rumbo a la digitalización de su negocio. “Durante el confinamiento empecé a subir vídeos de recetas a YouTube. A través de Facebook e Instagram, ​conocemos mejor a nuestro público​”, nos cuenta.

“Las redes sociales ayudan a visibilizar que los negocios locales seguimos aquí, que intentamos sobrevivir”.

Otra historia más que nos muestra que el #pequeñocomercioesmuygrande.