No somos normales, por suerte.

Disfruta llevando la dirección de la empresa y también se guarda tiempo para sus aficiones: el teatro de impro y entrenar a las 7 de la mañana.

Su familia y la gente buenrollera son su gran motor.

Directamente desde Perú, Romina es la mente detrás de nuestras redes y estrategias de marketing. Su misión: hacer que todo se vea bonito y sea sostenible.

Además baila danza urbana casi a nivel profesional.

Ingeniero industrial de formación. Muy fan de las hojas de Excel con fórmulas larguísimas.

Le gusta moverse en skate o bicicleta, a veces también escala y últimamente le ha dado tanto por el ping-pong que no sería raro verlo en unas olimpiadas.

Es esa voz amable que suele contestar cuando llamas, y tiene una calma que ya quisiéramos muchos. Atento y servicial, hasta atiende en lengua de signos. Y sí, confirma la leyenda: es la pareja que toda madre querría para su hij@.

Muy pero que muy fan del Atleti.

Khrys empezó en la empresa como estudiante en prácticas y se quedó porque era (y sigue siendo) imparable. Atiende clientes, diseña y resuelve tareas a una velocidad supersónica, siempre con una sonrisa.

Nació en Ucrania, vive en España desde niña, le encantan los perretes y ahora reparte energía también como mamá.

Experta en confección, transforma residuos en maravillas con su costura creativa. Apasionada por el reciclaje y la circularidad da vida a historias únicas a través de sus diseños.

¡Cada creación es una nueva sorpresa!

Diseñadora de las buenas. Tanto es así que ella misma se hace sus propios zapatos, ¡alucina!.

Involucradísima durante todo el año en el mundo de las hogueras, las fiestas de Alicante.

Nuestra supervelocista de mantenimiento (más rápida que una silla libre en el metro). Originaria de la bonita Dominicana. Su energía y simpatía son de las que contagian.

¡Muy amante del buen café!

Greta es ciega, pero no te preocupes: Lima hace de perro guía y juntas forman un dúo imbatible. Mientras Greta aporta calma y ternura infinita, Lima es la jefa logística: vigila, acompaña y se asegura de que nadie se quede sin mimos.

En el fondo, son un reflejo de lo que queremos ser como equipo: apoyo mutuo, complicidad y mucho cariño en cada paso.